¿Qué es el atole de tortilla quemada?
El atole de tortilla es una bebida tradicional hecha con tostadas quemadas, panela y canela. Aunque suene extraño al escucharlo por primera vez, su sabor es suave, dulce y ahumado, como maíz tostado con piloncillo. Se prepara con lo que queda del día anterior: tortillas duras o tostadas que aún guardan el sabor del comal.
¿Quién prepara esta bebida tradicional?
Cenorina Vázquez Sánchez, originaria de Mixtepec y residente de Huatulco desde hace 55 años, me compartió esta receta mientras movía una olla sobre el fogón. “El atole de tortilla lo hacía mi mamá. Las tortillas que sobraban las doraba bien en el comal… y aprendí viéndola”, me contó.
Doña Cenorina —o Doña Ceno, como le dicen en su comunidad, prepara esta bebida en su casa, no para vender, sino para aliviar el cuerpo y reconectar con la cocina de antes.
¿Cómo se prepara el atole de tortilla quemada?
El primer paso es poner una olla al fuego con un poco de agua. Al calentarse, se le añade un pedazo de panela, canela y una tostada grande, ligeramente quemada, sin llegar a convertirla en carbón.
Cuando comienza a hervir, se debe mover constantemente con una pala de madera para evitar que se tire la espuma o se pegue al fondo. Una vez que hierve bien y se integra todo, está listo para servirse.
Se puede tomar caliente o frío, dependiendo del clima o del gusto de quien lo prepare.
¿Qué tortillas se usan para el atole?
Cualquier tortilla puede funcionar, pero las sobrantes del día anterior son las más comunes. Se tuestan directamente en el comal hasta que queden crujientes y un poco negras. No deben quemarse por completo, pero sí tener ese sabor ahumado característico.
Es una bebida de aprovechamiento, de esas que nacen de la necesidad pero terminan siendo una delicia.
¿Para qué se usaba esta bebida?
Doña Ceno me cuenta que este atole también sirve como remedio casero:
“Si tienes algo malo en tu estómago, con cuatro tostadas haces agua de tortilla y se te quita el vómito, es medicina. Eso calma el dolor.”
En su comunidad, pocas personas lo siguen preparando, y si lo hacen, es más como una receta de confianza para cuando algo duele. No se vende en mercados ni restaurantes. Vive en las cocinas familiares, donde se guarda el saber antiguo.
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Gracias por leerme, por compartir y difundir las historias sobre bebidas de Oaxaca.
Por un México que consuma más bebidas tradicionales que refrescos.
Shava Cueva Fotógrafo y autor de Bebidas de Oaxaca.