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Manos de una mujer chinanteca pelando semillas de cacao tostado sobre una tabla de madera. A un lado, cáscaras vacías y una bola de masa negra de cacao. Lleva un huipil tradicional bordado en tonos rosas y rojos.

Atole de pataxtle: ¿cómo se prepara el atole de cacao blanco en Arroyo de Banco?

Atole de pataxtle: ¿cómo se prepara el atole de cacao blanco en Arroyo de Banco?

¿Dónde se encuentra Arroyo de Banco y quién prepara esta bebida?

Arroyo de Banco es una población del municipio de San Juan Bautista Valle Nacional, en la región Papaloapan del distrito de Tuxtepec.

Visité parte de La Chinantla para documentar el atole de pataxtle, como se le llama al cacao blanco en esta zona. Es una bebida que se prepara únicamente durante el Día de Muertos en la comunidad.

“Yo vi cómo lo preparaba mi mamá desde que tenía 12 años. Este atole lo buscábamos en la montaña. Es común que lo encuentres aquí en Arroyo de Banco, en las familias se prepara, no se vende. Pero a los muchachos de ahora ya no les gusta porque prefieren el refresco en lugar de la bebida típica de la región”, me cuenta Cecilia Ángeles Jiménez, originaria de Arroyo de Banco.

¿Cómo se elabora el atole de cacao blanco?

Para hacer el atole de pataxtle, Cecilia primero tiene que ir a buscar el cacao, recolectar las semillas y después lavarlas. “Se lava la semilla como si fuera café, en una canasta. De ahí se ponen a secar al sol varios días, porque es tardado”, me dice Ceci mientras me muestra el cacao.

Una vez seco, lo pasa al comal para tostarlo hasta que la cáscara se vuelve negra. Ya tostado, coloca los granos en una tabla de madera y, con una piedra, los golpea uno por uno para quitarles la cáscara. Este proceso, me dice Cecilia, es el más tardado y cansado, pero hay que hacerlo con paciencia.

Cuando ya están peladas, pasa las semillas al metate y les agrega un poco de maíz para molerlo todo junto.

¿Qué ingredientes lleva y cómo se toma esta bebida?

Al mismo tiempo, prepara un atole con el nixtamal. Se deja hervir un poco, pero sin llegar al punto en que se usa para hacer tortillas. “Debe estar duro el maíz para que tenga sabor el atole. Se le agrega un poco de azúcar. Piloncillo no, porque cambia el sabor. También se puede endulzar con miel”, me explica Ceci, mientras estamos en la cocina de su casa.

La comunidad está pegada a las montañas y el clima es fresco, con humedad. Se pueden ver las nubes y neblinas muy abajo. Este clima es perfecto para tomar el atole de pataxtle caliente, ya que por la grasa que suelta el cacao, no se puede beber frío.

Además de preparar esta bebida, Cecilia Ángeles es cocinera tradicional y artesana. Teje con hilo de algodón y el huipil que porta en las fotografías lo hizo ella misma. Me cuenta que cada huipil le toma alrededor de cuatro meses, por eso sólo alcanza a hacer dos por año.

 

Al igual que el pinole, el agua de palomitas de sagú o el chileatole rojo, el atole de pataxtle es una bebida que se mantiene viva gracias a quienes siguen cuidando su historia desde casa.

Si te interesa conocer más sobre esta bebida y otras más, te invito a explorar el blog de Bebidas de Oaxaca y a comprar el libro, donde reuní 87 bebidas tradicionales, los ingredientes que llevan y las historias de quienes las preparan.

Cada bebida es también una forma de cuidar la memoria, la tierra y los saberes compartidos.

Gracias por leer,


Por un México que consuma más bebidas tradicionales que refrescos.
Shava Cueva
Fotógrafo y autor de Bebidas de Oaxaca

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